Luis Antonio María es un niño pijo y exquisito, cuya única voluntad en la vida es jamás hacer nada. Mabel Estaño es una mujer magnífica, hecha a sí misma. Ambos coinciden en una pequeña comisaría. Y son estopa y fuego. Estopa y fuego. ¿Cómo no se va a enamorar la estopa del fuego, el fuego de la estopa? Si se lo pudieran permitir sin sucumbir en el intento.
Hay muertos y heridos, culpables e inocentes, polis y choropintos... pero lo único importante en esta obra, el aliento que insufla auténtica vida al pequeño y oscuro mundo en el que transcurre, es la relación entre Luis Antonio María, Luisito, y Mabel, Mabel Estaño, Pelonegro.