En esta ocasión te comparto una historia en donde las miradas se daban con los ojos fulgurantes del alma que todo lo ve, aún lo que la vista no puede.
Una novela que te trasladará a recrear infinidad de vivencias, recuerdos e historias, mismas que solo pudieron integrarse simultáneamente con el paso de una de las peores pandemias que han azotado a la humanidad, el COVID-19 dejó al desnudo la vida del autor y le permitió compartir lecciones inspiradoras, que sucedieron paralelamente con la evolución social, cultural, política y económica de nuestro México a lo largo de su historia, pasajes que podrás ver con los ojos del corazón, en una historia que fue unida por el lazo invisible del amor, Humberto, ciego desde los 28 años de edad nos enseña a vivir en un mundo de luz en medio de la oscuridad.
Aún conservo el exim dorado, antiguo, clásico, el mismo que él portó solo en momentos especiales, está en espera de lucir otra vez en nuevas manos, radiante, reviviendo historias y construyendo un legado.
El rosario tallado en madera que la abuela sostenía entre sus manos, es bien atesorado, grande es mi sorpresa al verla en su sillón, en las noches voltea al cielo, suspira, encuentra en una estrella, la señal esperada, marcha a dormir, como todas las noches, en espera de otro día, de una nueva oportunidad para escuchar el canto de los pájaros al amanecer de una nueva mañana.