La diabetes mellitus es paradigma de dos situaciones complejas: enfermedad crónica y comorbilidad. En las últimas décadas profundas e intensas investigaciones han logrado avances notables en el conocimiento de la enfermedad; sin embargo, paradójicamente, la diabetes y sus complicaciones continúan entre las primeras causas de morbimortalidad en México y en varios otros países.
Son ampliamente conocidas sus repercusiones en la microcirculación y en la macrocirculación, lo que propicia daño prácticamente en todos los órganos. Su influencia sobre la aterosclerosis es tan estrecha que al daño macrovascular que produce se le ha denominado "macroangiopatía diabética"; asimismo, se han generado términos con una identidad propia, como "dislipidemia diabética", "diabesidad" y "miocardiopatía diabética".