Las páginas de este libro ven luz después de muchos años buscando el sentido de la vida. O, al menos, de mi vida. En ellas relato las experiencias que me marcaron
Mi inquietud por no acatar lo que «se supone» que debía hacer (estudiar, graduarme, trabajar, casarme y tener hijos) impulsó mi camino autodidacta hacia el autoconocimiento. Con esta decisión de aprender, la vida fue poniendo en mi camino libros y maestros a través de los cuales me fui encontrando conmigo misma. Así, fui aprendiendo de Leonard Orr, Bob Mandel, Viola Eduard y María Luisa Becerra, con quienes me hice renacedora.
He participado en el taller de búsqueda espiritual de Gary Renard (escritor y autor de los libros Desaparición del universo y Las vidas en que Jesús y Buda se conocieron) y en el de Rosa María Wynn (autora de El aprendiz impecable); pero solo cuando conocí a Ángel María Herrera, mi mentor definitivo, supe que había descubierto mi propósito en la vida, que comparto gustosamente con los lectores.