El mundo es un páramo devorado por la corrupción, la codicia y la lujuria. Las leyes que alguna vez lo sostuvieron se han retorcido, y cada ser vivo carga las cicatrices de una deformidad brutal. Nubes perpetuas cubren el cielo, sofocando la vida y obligando a la humanidad a aferrarse a la Rúnica y a la Alquimia para sobrevivir. En el corazón más oscuro de Vharenn se alza Mürhast, una ciudad que ha hecho del exceso y la podredumbre su única religión. En sus calles, los miserables vagan entre ruinas y hambre, mientras en el Distrito Noble la lujuria, el lujo y el pecado reinan como dioses caprichosos. En la calle del Loto Carmesí, en lo profundo de un burdel llamado La Flor Rota, un artefacto antiguo sale a la luz durante una subasta: La Alquimia del Diamante, una gema capaz de transformar la carne en diamante puro a costa de una maldición tan poderosa que puede arrancar la vida de quien la posea. Deseoso de librarse de su rival del Consejo Hermético, una alquimista inmortal, Lord Vareth adquiere la gema con un único propósito: que su maldición logre lo que ni el tiempo ha podido... poner fin a su existencia. Pero en Mürhast, toda ambición exige un precio, y la maldición del diamante jamás concede un final limpio.